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Preferencias Electorales Cristalizadas

Las preferencias electorales cristalizadas: AMLO continúa al frente

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La más reciente encuesta de Parametría reporta una ventaja para Andrés Manuel López Obrador de 11 puntos porcentuales por arriba del segundo lugar, el cuál es compartido por primera vez en esta serie de mediciones por Felipe Calderón y Roberto Madrazo.

Cuatro han sido los eventos importantes que han marcado hasta el momento la elección presidencial. El primero de ellos fue el video-escándalo; el  segundo lo constituyó el desafuero de López Obrador; el tercero la nominación de Felipe Calderón como candidato del PAN, y el cuarto fue el relativo a las alianzas y treguas establecidas a finales del 2005 y principios del 2006.

Estos sucesos han generado movimientos en las preferencias electorales, pero una vez que el efecto se desvanece, la intención de voto se estabiliza.

A partir de los datos, se puede observar que el video-escándalo y la nominación de Calderón perjudicaron a López Obrador, mientras que el proceso de desafuero y las alianzas y treguas lo favorecieron.

 

Mitos geniales de la elección presidencial de 2006

A menos de tres meses y medio de la próxima elección presidencial los investigadores de opinión hemos llegado a algunos acuerdos y muchos diferendos. Utilizamos términos poco claros y abordamos discusiones que si no son explicados resultan más que oscuros. Esta serie de cartas paramétricas intenta dar un poco de luz acerca de los términos y las discusiones a las que nos referimos.

El propósito es analizar la elección que está por acontecer. La intención es entender mejor al elector del que va a depender esta decisión fundamental para nuestro país y con ello de alguna manera entender mejor el cambio social. Esta es la primera de siete entregas.

El mito de los indecisos

El indeciso es el último recurso del político o el estratega que va abajo en las mediciones electorales para decir que las cosas pueden cambiar. Es el elemento que le permite mantener la esperanza, a pesar de la diferencia entre su preferencia y quien vaya arriba en las mediciones. Lleva a esgrimir argumentos como “no importa que vaya 15 puntos abajo, si los indecisos me favorecen puedo ganar la elección”.

Los indecisos de la misma manera representan el último recurso de los investigadores de opinión ya sea para justificar la distancia entre nuestras mediciones pre-electorales o para decir que todo puede cambiar el día de la elección y que sólo hablamos de probabilidades. Si bien como investigadores nos movemos entre lo posible y lo probable, lo cierto es que siempre tenemos que encontrar una manera de asignar o hacer algo con los indecisos: ese porcentaje incómodo que regularmente representa entre 10% y 20% en nuestras mediciones.

 

En realidad hay muy poca evidencia que este segmento de la población decida algo en las elecciones. La mayor parte de las veces, a no ser que el investigador decida “modelar” su dato, simplemente se asigna de manera proporcional a las distintas fuerzas en contienda. De hecho un indeciso que se mantiene así durante buena parte del proceso electoral lo más probable es que no vote. Es decir los indecisos medidos al final de la elección son más bien los abstencionistas.

Es más probable lograr que un elector cambie de preferencia a que un abstencionista vote. Por ello, en todo caso lo que tenemos que observar si queremos saber que harán los electores si cambian de preferencia es observar a las segundas opciones.

En el caso de las elecciones presidenciales de 2006 la segunda opción de preferencia favorece por igual al PAN y al PRD. El menos favorecido es el PRI.

 

Lo que estos números sugieren es que si hubiera una caída del PRI los electores se repartirían prácticamente en partes iguales entre PAN y PRD, aunque este último partido recibiría un poco más. En caso de que los electores del PAN fueran por su segunda opción el más favorecido sería el PRD, y de la misma manera si quienes prefieren al PRD fueran por su segunda opción, a quien favorecerían sería al PAN. Visto así la relación de PAN y PRD se observa como una relación suma-cero donde lo que uno gana lo pierde el otro.

En este análisis el PRI es quien tiene una estrategia más complicada porque aunque AMLO baje en sus preferencias, la opción para estos electores sería el PAN y no el mismo PRI. En el caso del PAN su estrategia es clara: hacer que baje AMLO para ellos presentarse como segunda opción. Tal vez esta reflexión nos ayude a entender un poco las estrategias de las tres principales fuerzas electorales del país.

 

NOTA METODOLÓGICA.Estudio: Encuestas en vivienda. Representatividad: Nacional. Número de entrevistas: 1,000. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 3.1%. Diseño, muestreo y análisis: Parametría SA de CV. Operativo de Campo: Grupo Viesca. Método de muestreo: Aleatorio sistemático con probabilidad proporcional al tamaño. Unidad de muestreo: Las secciones electorales reportadas por el IFE. Fecha de levantamiento: del 10 al 13 de marzo del 2006.

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