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La ciencia del error acierta: evaluación de las encuestas electorales 2018 – ESTEPAIS

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Confiabilidad y precisión de las encuestas

En junio, durante el mes previo a la votación, se presentaron 25 encuestas, en promedio una por día. Juzgadas por su error promedio, esto es, por la suma de las diferencias absolutas entre la estimación de intención de voto de cada uno de los candidatos y la votación que obtuvieron el 1º de julio, dividida entre cuatro, son excelentes 10 de ellas (40%), con un error entre 1 y 3.1 puntos porcentuales (pp). Son buenas otras nueve (36%), ubicadas entre 3.6 y 5.1 pp, en el margen de error esperado para una encuesta aleatoria típica de 800 a mil entrevistas, con un nivel de confianza de 95%. Se concluye que tres de cada cuatro encuestas (76%) cumplieron con su cometido y que, por ende, existe en nuestro país un mercado floreciente y sano de encuestadores, más allá de toda duda en cuanto al dominio y la experiencia de su ciencia y arte, así como de su honradez y ética profesional. Son deficientes una de cada cuatro encuestas (24%, 6) y se conjetura que esto no se debe a no sepan realizarlas, sino a que convinieron apoyar a un candidato en detrimento de otro. Existen, como se ha dicho, encuestas copeteadas, así como cuchareadas o a modo y también para reducir la intención de voto de algún contrincante, usualmente para lograr todos estos efectos

Evaluación de las encuestas

Para su análisis las encuestas primero se homogenizan, estimando el voto efectivo por el procedimiento explicado en la primera entrega. A continuación, se identifican las encuestas que no cumplen con el filtro de los intervalos de confianza establecidos por medio de las desviaciones estándar de cada candidato, para lo cual se calculan sus estadísticas básicas. Se descartan las encuestas que favorecen y las que restan puntos, detectadas por exceder los límites de los intervalos de confianza centrados en el promedio (ver cuadros 2, 3 y 4).

Andrés Manuel López Obrador. El puntero a lo largo de toda la campaña, no debe extrañar que haya sido objeto del mayor número de encuestas que subestimaron su intención de voto. Por orden de prelación, las casas encuestadoras que mayores errores cometieron el último mes fueron seis, con 10 encuestas: Pop Group -15.8, 24 Horas -14.9, GEA-ISA -10.2 y -7.7, El Heraldo -11.2 y -10.7, Massive Caller -7.2. Éstas fueron dejadas de lado en la encuesta de encuestas, ya que sus estimaciones de intención de voto caen fuera del intervalo de confianza; se puede sospechar mala fe en algunos de estos casos. Se puede sostener la hipótesis de mala suerte en el diseño o sesgo de campo en las siguientes: BGC -6.9 y las dos de Consulta Mitofsky con error de -5.9. Por otro lado, sólo Arias Consultores copeteó, con tres encuestas que estimaron intenciones de voto para AMLO de 70.6%, 62.8% y 64%, con errores respectivos de 16.7, 8.8 y 10 pp. No debe extrañar que seis de estas encuestas se registren en las inaceptables o malas y debe destacarse que otras seis califican como aceptables.
Ricardo Anaya. De las encuestas previas que subestimaron al líder, cinco al mismo tiempo sobreestimaron al candidato del PAN-PRD-mc, con la intención de acortar la brecha entre los punteros y hacer creer a los ciudadanos que Anaya era competitivo. Los errores por exceso para este candidato son: Pop Group 6.3, GEA-ISA 6.5 en dos encuestas, Massive Caller 9.3 y BGC 6.6 pp. Por otro lado, Arias Consultores subestima en dos encuestas la intención de voto de Anaya para amplificar una brecha ya abultada: -9.1 y -7.9 pp. Se puede suponer que esta casa encuestadora obró con dolo y falsea su intención de voto, otro hecho para descartarla.
José Antonio Meade. Tercer lugar de la contienda en la que nunca alcanza el segundo sitio, con nueve encuestas de seis casas encuestadoras que quisieron ayudarlo en el último mes para evitar ser víctima del voto útil. Por otro lado, nadie trató de perjudicarlo disminuyendo su intención de voto. En la encuesta de encuestas, cinco de estas encuestas se encuentran en las mal calificadas y descartadas: Pop Group 15.7 y 24 Horas 14.6, que duplicaron su intención de voto, El Heraldo -11.2 y -11.7, GEA-ISA 9.9 pp. Se estima que las siguientes encuestas son buenas y aceptables, aunque con errores fuera de rango para este candidato: Consulta Mitofsky 6.1 y El Financiero 5.6 pp en dos encuestas. Cabe destacar que en el promedio esta última casa se ubicó entre las excelentes, con un error promedio de sólo 3.1 y 2.3 en sus encuestas, fue la más precisa respecto a la votación por AMLO y casi coincide con ésta con un error de 0.1, sorpresas de las encuestas.

Importancia del filtrado en la encuesta de encuestas

Las encuestas forman un álgebra de distribuciones llamadas ?normales? y pueden realizarse operaciones aritméticas con ellas, de ahí la validez y el sentido de elaborar su promedio. Sin embargo, se puede mejorar filtrando algunas encuestas que no cumplan requisitos metodológicos o estadísticos. El País pondera por número de encuestas de una misma casa, pero la mayoría sólo efectúa el promedio sin mayores consideraciones. A continuación se presenta un ejemplo de la elección de 2018, donde se aprecia el efecto o sesgo que inducen las encuestas mal elaboradas o realizadas sin honestidad y con dolo para favorecer o perjudicar a un candidato, como se ha visto enlos incisos precedentes. La diferencia en el promedio de las desechadas y el filtrado para AMLO es de seis puntos porcentuales, alrededor de 12%. Para Meade el sesgo es también de ese orden, -6.3 pp, o sea de 37%. El error promedio se amplifica al realizar la estimación tal cual, incluyendo las desechadas y el resultado; comparando éste con el error promedio de la filtrada, para AMLO éstos son -2.7 y -1.1, para Anaya 2.4 y 2.1, para Meade 4.3 y 2.5 y para Rodríguez 4.3 y 2.5. El error promedio resultante para la que incluye todas las encuestas es 2.7 y para las filtradas 1.6. La diferencia entre filtrar y no filtrar es ubicar a la encuesta de encuestas en la segunda posición o en la séptima.

Intención de voto efectiva promedio mensual. Avances y retrocesos

Con las encuestas de junio se completa la historia de esta elección, que se presenta como un parteaguas desde que se iniciaron las elecciones democráticas y la alternancia de partidos en la presidencia, en el año 2000. A continuación los cambios para cada candidato (ver cuadros 6 y 7 y gráficas 2, 3 y 4).

Andrés Manuel López Obrador. Desde el 1° de enero y durante toda la campaña registra un avance ininterrumpido en intención de voto promedio. Inicia con 36.7% y en junio alcanza 52.1%. El INE, con el 100% de las casillas, oficialmente cuenta a su favor 53.2% de votos, con un incremento de 163.5 pp y porcentual de 45%. En este lapso incrementa su intención de voto en más de 10 millones, para sumar más de 30 millones. Esta avalancha de votos (landslide) es reconocida en la literatura y en parte ocurrió en 2012, pero faltó tiempo para que lograra superar el voto del puntero (ver Este País, ?Evaluación de las encuestas de la elección presidencial?, Alduncin, agosto 2012).
Ricardo Anaya. En segundo sitio durante toda la contienda, sufre una pérdida al grado de alcanzar un voto menor al de la intención declarada al inicio del año. En todo el periodo declina 5.3 pp con un decremento de -19.3%. Inicia con casi 15 millones y a su favor registra el INE 12.6 millones, pérdida de 2 millones 358 mil 415 votos que engrosan la votación de AMLO (82.2%) y del Bronco (17.8%).
José Antonio Meade. En tercer sitio, durante toda la campaña su intención de voto pasa de 25.9% al inicio a 16.4% en las cuentas del INE, con una reducción de 9.5 pp y de 36.7%. Abandonan las filas del PRI en este lapso 4.7 millones de electores, ya que inicia con una intención de voto de poco más de 14 millones y el INE registra para este candidato 9,273,006. En los votos perdidos del PRI se concentra casi la mitad de las adhesiones a AMLO (46.9%) en campaña. La lucha debió ser contra el puntero y no contra Anaya.
Margarita Zavala. Ante su declinación, los ciudadanos que la apoyaban cambian su intención de voto a los partidos de otros candidatos o al independiente que permanece. Al inicio de su campaña su intención de voto fue de poco más de tres millones, equivalente al 30% de los votos perdidos.
Jaime Rodríguez. Incrementa su intención de voto de 1.4% a 5.2% votos oficiales del INE, registra casi tres millones de votos. Si su inclusión en la contienda presidencial, como se ha especulado, tenía la intención de quitarle votos a AMLO, funcionó; de otra manera estos votos se hubieran agregado a los de López Obrador. Es claro un fuerte rechazo a Meade y Anaya, excelentes personas y candidatos, que en esencia se origina en la pérdida de credibilidad de los principales partidos que los postularon el PRI, el PRD y el PAN.

Diferencias entre principales candidatos

AMLO con Ricardo Anaya. En enero la distancia entre los dos punteros era de 9.1 pp, no insalvable, pero se fue ensanchando hasta la primera semana de abril, cuando alcanza 17.7 pp. En el resto de abril y mayo declina hasta 14.4 pp. Los ataques que sufre Anaya y el acoso del gobierno federal a manos de la PGR dañan su imagen y sus posibilidades. En la última semana de mayo y los primeros días de junio la brecha vuelve a crecer y alcanza 25.3 pp. En el resto junio se acrecienta. En la votación esta brecha es de 30.9 pp, superior en 72% a sus votos. Ello se explica en gran medida porque la mayoría de los votos que perdió se fueron con AMLO, lo que duplica su efecto adverso (ver Cuadro 7 y Gráfica 5).

AMLO con José Antonio Meade. Inician con una diferencia de 10.7 pp, que se duplica en la primera semana de marzo para llegar a 20 pp. Se mantiene esta distancia con ligeros incrementos hasta la primera quincena de abril y en la segunda quincena de ese mes la brecha es ya de 26 pp. La estrategia equivocada de tratar de afianzar el segundo sitio se persigue con obcecación y ésta perjudica a los dos candidatos. Meade cada día ve más lejos al puntero y su diferencia con AMLO subió hasta alcanzar 36.8 pp en la elección. La brecha entre estos candidatos fue 2.24 veces mayor que la votación para la alianza PRI-PVEM-PANAL. Un buen candidato tuvo malos estrategas, nunca tuvo la intención de establecer una necesaria distancia con un gobierno desgastado y vapuleado por la corrupción, con un nivel de aprobación de sólo 20%. Esta pesada lápida fue la sepultura del PRI y sus aliados.

Ricardo Anaya con José Antonio Meade. Inician casi en las mismas condiciones, con una diferencia de sólo 1.7 pp que se amplía a 5.6 pp en febrero, distancia que se mantiene hasta la primera quincena de abril. En la segunda quincena de abril y la primera de mayo la brecha alcanza su mayor registro con 10.7 y 11.9, se vuelve a cerrar y finaliza a una distancia del segundo lugar de 5.9 pp. Esta triste historia, que ya referimos en entregas previas, se puede resumir en la lucha estéril por un voto útil que ya no existía. La intención de voto de las alianzas que los postularon se fue con quien prometió acabar con la corrupción, la impunidad y el mal gobierno, mucho antes del día de la elección (ver arriba Cuadro 7 y gráficas 3, 4 y 5).

Guerra contra las encuestas

La elección de 2018 en gran medida se manejó en las redes sociales. Las noticias falsas se mezclaron con encuestas falsas, cada vez con fabricaciones y engaños más burdos. Se persiguió el voto útil y por ello el segundo lugar, sin observar que ya no era relevante y ni siquiera un referente. Se descalificaron las encuestas por mil y un motivos, ninguno fundamentado. Se aprovechó la esperanza y la emoción, nunca prevaleció la racionalidad; por ello, para muchos fue una sorpresa el tsunami de Morena que barrió con casi todas las elecciones que se realizaron el primero de julio, no sólo la presidencial.

El descrédito de las encuestas llegó a tal nivel que el director fundador de Este País, Federico Reyes Heroles, decidió realizar una encuesta irrefutable para saber qué estaba pasando en realidad. Con el patrocinio de Coparmex, destacados empresarios y las casas encuestadoras Berumen e Ipsos realizaron una mega encuesta de 15 mil entrevistas en muestra y que en la evaluación ex post se ubica entre las tres mejores. Esta encuesta, publicada 15 días antes de las elecciones, da cuenta precisa y confiable de la debacle del ancien régime. Sin embargo, fue recibida con escepticismo y los estrategas y dirigentes de los partidos perdedores lanzaron virulentas campañas en su contra, tampoco creían que fuera a pasar lo que tenían enfrente.

Continuaron los whatsapps, tuits, memes, las publicaciones en Facebook, en Instagram, etcétera, negando la realidad, pidiendo el voto útil y difamando las encuestas con frases falsas repetidas mil veces: que no son confi ables, que fallaron en Brexit, en la elección de Trump y la de Colombia, se falsificaron las encuestas de Reforma de elecciones pasadas y se negaron encuestas registradas en el INE, diciendo que son falsas. Por ello, es necesario dar a conocer cuál fue y cuál es el papel de las encuestas; demostrar que es falso que hayan fallado cuando se demuestra su alta confiabilidad. Son un instrumento que permite conocer las opiniones, expectativas, motivaciones, conductas e incluso los valores de grupos sociales. Se basan en la teoría de probabilidades y la estadística, llamada la ciencia de los errores, ya que nunca se tendrá un resultado idéntico a la realidad, pero sí una aproximación, un error suficientemente pequeño que permita vislumbrar la realidad y tomar mejores decisiones.

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