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¿Margen de error?

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Por: El Economista

A 72 horas del Día D, en el war room de Delfina Gómez conocieron los resultados de la última encuesta de Indicadores e Investigación Aplicada. Y la confianza de los días previos transmutaba en un optimismo (¿infundado?). ?Nada de cerrada?, replicaba uno de los publicistas de Morena en referencia a las dos encuestas de Reforma y Excélsior, que al cierre de las campañas por la gubernatura del Estado de México otorgaron una ligera ventaja a la abanderada izquierdista sobre el priista Alfredo Del Mazo Maza.

Indicadores, casa encuestadora del académico poblano Elías Aguilar, ofreció a los morenistas un método alternativo para vencer la desconfianza de quienes son encuestados en su vivienda y rechazan revelar su intención de voto: entrevistar a la gente en lugares públicos concurridos (paraderos del Metro, atrios y plazas públicas).

¿Pulsar el ánimo social es lo mismo que medir las preferencias electorales? Los métodos alternativos esta vez simplemente erraron: las metodologías mixtas o las encuestas digitales serán severamente cuestionadas.

Las encuestas publicadas por los diarios capitalinos ofrecían información discrepante sobre el Estado de México. El Universal y 24 Horas daba una ventaja de 4% a Del Mazo sobre Gómez, mientras que Reforma y Excélsior reportaban un empate con la abanderada morenista como probable triunfadora.

?Las encuestas no sirven para estimar el peso de la operación electoral?, se quejaba la noche del pasado domingo 4 un operador político morenista. Y por lo visto, tampoco las encuestas de salida. En el Estado de México, 32 empresas tramitaron acreditación ante la autoridad electoral para levantar exit polls y conteos rápidos después de las votaciones. Una más ?Moreno & Sotnikova, contratada por El Financiero? sólo pidió autorización para encuesta de salida, con la que decretaría una ?cerrada elección? en el Estado de México y concedía al PRI una ?ligera ventaja en apretados comicios?. Pero entonces, ¿quién es el autor del conteo rápido difundido por ese medio informativo, la noche del domingo?

Las presidenciales del 2006 generaron un ominoso precedente. Y a partir del 2009, las televisoras habían aceptado la recomendación de los pollsters de no utilizar las encuestas de salida para declarar ganador y cantar resultados con quick counts. En el 2016, la noche electoral de Milenio TV y El Financiero TV estuvo cerca de un cataclismo. ?En nuestro caso, preferimos ser los últimos y no los primeros? al momento de reportar las tendencias después del cierre de las casillas, refirió Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, la casa encuestadora contratada por Noticieros Televisa.

Esa cautela, ni los consejeros electorales. Con información de primera mano y una muestra equivalente a 10% de las casillas, el grupo de asesores técnicos contratado por el Instituto Electoral del Estado de México entregó los resultados de su conteo rápido, tres horas después de cerradas las casillas. Eran las 9 de la noche y tanto Del Mazo como Delfina se habían autoproclamado triunfadores. ?Más que arriesgado, el anuncio del conteo oficial fue oportuno?, considera Francisco Abundis Luna, director de Parametría, ?con sus números detuvo a los anticipados. Y salvo un caso, nunca ha habido un conteo de la autoridad electoral que haya sido errado?.

Del margen de error, a los intervalos de confianza. El conteo rápido del Instituto Electoral del Estado de Coahuila no resultó tan eficiente como el mexiquense: difundido hasta las 2:05 horas del lunes 5, dio al panista Guillermo Anaya como probable triunfador, pero ese resultado nunca coincidió con el PREP que con el 100% de las casillas computadas, ubicaba al priista Riquelme arriba, con 1.5% de diferencia (poco más de 10,000 votos).

¿Too close to call? El encuestador de El Financiero TV arrojó como ganador al panista, con una ?ligera ventaja?. Y ambos candidatos, con sus propias exit polls, se autoproclamaron ganadores. El abanderado priista reveló que las firmas Gaussc, Votia y SIDEMOVI trabajaron para su causa; según esas mediciones, su ventaja sería de más de 8% de los votos y obtendría al menos 38% de las preferencias. ?¡Es Riquelme!?, es la portada de una edición extra del diario Zócalo, de Saltillo, con datos de Berumen y Asociados que resultan irreales (45.3% del priista por 34.1% del panista). Guillermo Anaya, por su parte, tuvo resultados de encuestas de salida levantadas por Parametría y ARCOP.

A propósito de esta terminología, el doctor Alexander Galicia, académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana, emitió una nota aclaratoria: ?De existir un «empate» sólo puede darse en el método de estimación y no en realidad; comúnmente en el mundo anglosajón suelen utilizarse expresiones como too close to call, que hacen referencia a que es imposible determinar el ganador; no que no lo haya.

«Por otro lado, el término ?empate técnico? parece ocultar al responsable de no poder dar resultados (el método).(…) El término empate técnico se utiliza cuando no se tiene realmente una tendencia clara de hacia dónde se inclinan las preferencias del electorado, hecho previo a la consulta electoral».

Las exit polls llegaron a las elecciones mexicanas hace 25 años. Y en vez de dar certidumbre, han terminado por no generarla. ¿Acaso en el 2018 prescindiremos de ellas?

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