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Programas Sociales

El impacto de los programas sociales en la opinión pública

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Los programas sociales son indicadores válidos de un buen gobierno local o federal. Dan identidad a una administración, sobre todo cuando tienen características específicas, es decir, a partir del momento en el cual la población los puede identificar por su nombre propio.

En un diagnóstico de opinión pública y electoral, cuando una población no identifica programas particulares de sus gobiernos es probable que existan problemas de evaluación. Hoy en día, las autoridades necesitan no sólo realizar este tipo de acciones sociales concretas, sino de hacer que la gente sepa de ellas. La ausencia de identificación de estos programas puede darse por falta de operación de los proyectos o debido a deficiencias de su divulgación entre la sociedad, por lo que los gobiernos deben impulsar una comunicación muy activa y permanente con los ciudadanos.

Pero la comunicación de los gobiernos se hace más difícil en la actualidad debido al ruido que crea la gran cantidad de información que reciben los mexicanos por distintos medios. De hecho, es frecuente que exista confusión entre el ciudadano promedio cuando se trata de identificar qué gobierno es el responsable de proveer servicios o realizar alguna obra pública. Es común ver casos en los que se premia o castiga a una autoridad que no es la encargada de determinado  plan o de solucionar un problema.

Es un hecho que la identidad de los programas o su nivel de conocimiento y la opinión sobre los mismos incide directamente sobre la imagen de una administración. Una buena calificación de un gobierno indudablemente tiene una consecuencia y/o un impacto electoral. El tema cobra relevancia dada la proximidad de las elecciones presidencial y para diputados federales de julio de 2006.

De los distintos programas que los gobiernos ofrecen, cobran importancia particular los de carácter social. Si bien la población valora a sus gobernantes por sus acciones a través de programas en general, en una economía que ha crecido a tasas muy bajas en los últimos cinco años, los proyectos sociales son aún más notables y apreciados.

Los programas federales

El gobierno federal cuenta por lo menos con tres programas sociales de gran impacto: Oportunidades, Seguro Popular y Vivienda. El nivel de conocimiento y opinión de estos es sorprendente. Una parte importante de su éxito es que atienden necesidades básicas de los mexicanos.

Independientemente del juicio técnico sobre el nivel de efectividad o eficiencia de Oportunidades, es un hecho que se trata de un programa que goza de gran popularidad en términos de percepción, porque atiende una aspiración. Al ofrecer ayuda social a las madres de familia para que los niños no abandonen sus estudios, es sumamente popular.

El impacto que ha tenido en áreas rurales de alguna manera ha cambiado el mapa electoral. Al igual que hace años se podía hablar de un voto verde priísta en el campo, hoy se puede hablar de un voto azul. Una de las transformaciones electorales más notables de los últimos cinco años (los de la administración Fox) es cómo la identidad partidista de Acción Nacional (PAN) es tan grande en las áreas rurales como en las urbanas. Habría que preguntarse cuánto de este cambio de preferencia electoral se deben a programas como Oportunidades.

El Seguro Popular atiende una de las más importantes demandas de la población: Servicios médicos. Ante la imposibilidad de dar acceso a un mayor número de mexicanos al Seguro Social, como consecuencia de la carencia de puestos de trabajo en general, pero en particular de empleos formales, tener acceso a  la atención médica es muy valorado.

Finalmente, el plan de Vivienda es uno de los logros más reconocidos del gobierno federal. La cantidad de vivienda de interés social y la facilidad de créditos que se han dado para obtener casa propia no tienen precedente en la historia del país. La población lo reconoce y lo menciona como una de las grandes diferencias o logros de la Presidencia de Vicente Fox.

El hecho que el gobierno federal promueva este tipo de programas sociales tiene un gran impacto. Pero de alguna manera es un reconocimiento de que la economía no crece y que existen problemas que se deben de atender. A diferencia de las campañas de información en las que la administración Fox quería convencer a la población de que la economía crecía y que se generaban empleos para el bienestar general, este nuevo plan de comunicación tiene forma de corroborarse empíricamente, por ello el plan que promueve los logros es particularmente exitoso.

La campaña del gobierno federal

La campaña del gobierno en medios electrónicos es probablemente la mejor lograda por la administración federal. Sus componentes son adecuados. Los mensajes están muy bien enfocados a logros concretos. Son pocos mensajes con una alta frecuencia de exposición, el formato de testimoniales es impecable. Utilizado adecuadamente, porque sólo es efectivo cuando hay una población que refrenda lo que se señala,  lo que se anuncia como logro.

En algún sentido ésta guarda muchas similitudes con una campaña del gobierno federal que se realizó durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari: La promoción del plan de Solidaridad, que también empleaba testimoniales, y que tuvo un gran impacto entre la población. Una de las semejanzas más importantes entre ambas es que anuncian programas muy exitosos y con gran apoyo de la población. Es decir, divulgaban algo ya de por si popular.

De hecho, entre los programas de Solidaridad y Oportunidades no sólo hay parecido promocional sino incluso algunos especialistas sugieren que se da algún tipo de continuidad del impulsado por Salinas y la estrella de la administración de Fox. Y tal vez la mayor diferencia entre ellos radicaría en que mientras el primero promovía valores comunitarios, el actual impulsa valores familiares o incluso individualistas.

Los programas de AMLO

Uno de los grandes fenómenos de opinión pública de la actualidad es el  que se conozcan programas de un gobierno local a nivel nacional. Nunca antes en una elección federal o en este caso presidencial se había dado un caso semejante. Es cierto que lo sucedido en la Ciudad de México se convierte en noticia nacional por la estructura de medios de comunicación. Pero que se diera una ola expansiva de conocimiento de lo que ocurre en política pública en el Distrito Federal es algo que no había sucedido nunca. El fenómeno de opinión pública se llama Andrés Manuel López Obrador, quien sustenta buena parte de su popularidad en la aplicación de sus programas en la capital mexicana.

Es normal que estos programas sean conocidos y populares en el DF, pero resulta sorprendente que sean famosos a escala nacional. Es notable que haya algunos planes sociales que sean reconocidos por cerca del 90% de los mexicanos. Sobre el programa de ayuda para gente de la tercera edad o el de la obra del segundo piso saben cerca de 9 de cada 10 mexicanos y gozan de extraordinaria buena opinión.

En alguna medida, López Obrador tiene lo que podría llamarse un efecto demostración. Buena parte de su plataforma electoral ya está hecha a partir de sus logros de gobierno en la Ciudad de México. Mientras que el resto de los candidatos tienen que anunciar su intención de lo que piensan realizar, AMLO ya lo hizo.

Implicaciones hacia 2006

La presidencial de 2006 se podría considerar la primera elección ideológica de México. El dilema es sí queremos más de “primero los pobres”, lema de López Obrador, o de “mano firme”, la promesa del panista Felipe Calderón. Por ello, la de 2006 es una elección presidencial en la cual las plataformas ideológicas serán muy relevantes.

Aunque este sea el dilema, las posiciones no necesariamente serán extremas. Si bien se tiende a un posicionamiento por diferenciación, López Obrador necesita de la clase media y Calderón de la base electoral, precisamente esa que simpatiza más con los programas sociales. Si bien el candidato perredista cuenta con mayor crédito por sus proyectos sociales, le hace falta garantizar -de alguna manera- a sectores de clase media que temas como la seguridad pública tendrán solución en caso de que gane las elecciones.

Felipe Calderón requiere de los programas sociales para hablar de la continuidad o de su vínculo con la administración Fox. Es decir, el panista será muy selectivo en cómo se le vincule con el gobierno federal. No es casual que el número cinco de su plan de puntos básicos, anunciado en su toma de protesta, contemple justamente el tema de los programas federales de carácter social. Este avance de la administración federal en estos asuntos, visto en términos partidistas, es lo que en algunos gobiernos locales se ha considerado “el  PAN social”.

De hecho uno de los problemas más serios del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, más allá de los problemas de imagen pública que le han generado sus recientes conflictos con Elba Esther Gordillo y otros miembros de su partido, es un problema de posicionamiento en este dilema ideológico. No puede estar más a la izquierda de quien dice “primero los pobres” y quien se ha caracterizado por generar los programas sociales más populares. Y es que López Obrador, hasta antes del avance de la promoción de los planes federales, gozaba de hecho del “monopolio” del posicionamiento de izquierda.

En los siguientes seis meses veremos como las distintas alternativas políticas de la elección presidencial articulan un discurso alrededor de los temas sociales. Para ello los programas que han realizado tanto en lo federal como en lo local serán el referente constante. Veremos a quién otorga mayor credibilidad el electorado. Y este podría ser uno de los elementos determinantes de la elección presidencial de 2006.

 

NOTA METODOLÓGICA. Encuestas Nacionales y en el Distrito Federal en vivienda. Fecha de levantamiento Serie 2002: del 18 al 21 de julio. Serie 2004: del 19 al 22 de marzo. Serie 2005: del 10 al 14 de junio. Número de entrevistas a nivel nacional en 2002 y 2004: 960. Número de entrevistas a nivel nacional en 2005: 800. Número de entrevistas en el Distrito Federal en 2005: 400. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error para estudio Nacional en 2002 y 2004: +/- 3.2%. Margen de error para estudio Nacional en 2005: +/- 3.5%. Margen de error para estudio en el Distrito Federal: +/- 4.9%. Diseño, muestreo y análisis: Parametría SA de CV. Operativo de Campo: Grupo Viesca. Método de muestreo: Aleatorio sistemático con probabilidad proporcional al tamaño. Unidad de muestreo: Las secciones electorales reportadas por el IFE.

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