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La conquista divina de Michoacán

El próximo domingo, Michoacán decidirá quién será su gobernador. El resultado dependerá, entre otras variables, de los niveles de participación (condicionados por la percepción de inseguridad), de la operación electoral de los aparatos del gobierno estatal y federal y de las tendencias de comportamiento de los electores, que cada vez parecen más informados y sofisticados.

Michoacán muy probablemente ofrecerá una muestra más de las tendencias que están explicando al elector en elecciones recientes, en las que los ciudadanos: a) votan cada vez más local, b) más por candidato que por partido y c) reconocen y premian la gestión de los actores en la contienda.

Voto local: los electores privilegian a quienes conocen por su trabajo cercano, a los personajes emanados de los escenarios políticos estatales. Además de ser correligionarios, el aspirante priista a la gubernatura, Fausto Vallejo, y el recién electo gobernador Eruviel Ávila, comparten el mismo camino: ambos ampliamente conocidos en sus entidades y compitiendo con figuras de la política nacional.

Sin operación electoral el ganador de las elecciones habría sido Fausto Vallejo, alcalde en tres ocasiones de Morelia, con trayectoria política sólo en Michoacán, nunca fuera del estado.

Voto por candidato más que por partido: las elecciones de 2010 y 2011 han demostrado que los ciudadanos eligen trayectorias y personajes, independientemente de quién los postule. Es este comportamiento el que explica el triunfo de las alianzas y de políticos que salieron de un partido para ser candidatos de otro.

En Michoacán, desde hace 20 años, la intención de voto por el PRD se ha mantenido estable, existe una franja importante de voto duro del sol azteca. Sin embargo, el conocimiento, prestigio y crecimiento en la popularidad de los candidatos de PAN y PRI han hecho que se cierre la contienda, el abanderado y sus propuestas trasciendan las siglas del partido. Es probable que una cantidad importante de electores vote por un partido diferente al que había elegido en anteriores comicios.

Reconocimiento de la gestión de los candidatos: como se ha expuesto, serán las figuras, y su trabajo en la entidad, lo que los michoacanos sopesen para decidir su voto.

Después de la elección habrá que evaluar y poner en justa medida el peso de cada uno de estos elementos, así como de circunstancias externas que influyan en el resultado.

La violencia en la entidad –cuya percepción será mayor con el asesinato del alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán-, afectará la participación ciudadana.

Con un escenario de menos del 50% de la participación (de un padrón conformado por poco más de 3 millones, 400 mil electores), se prevé una votación de 1 millón y medio de votantes, lo que arroja, dado los niveles de competencia de la contienda, un escenario de ganador con estrecho margen de ventaja.

Aunque no es posible descartar que aún con la violencia, los electores acudan a las urnas y suba la participación, como ocurrió en las elecciones de Durango y Sinaloa en 2010.

Afectará el resultado, sin duda, la operación de las maquinarias partidistas,dos estructuras que, desde el gobierno (uno local y otro federal), pondrán en marcha lo que a su alcance esté para ganar la gubernatura (última elección en el año y previa al inicio de las precampañas para Presidente de la República).

Para Acción Nacional, Michoacán no es una contienda cualquiera; es la cuna del Presidente Felipe Calderón y es su hermana la abanderada del blanquiazul, que de ganar terminaría con 10 años de gobiernos perredistas. A los altos niveles de conocimiento y de la buena imagen que tienen los michoacanos de “Cocoa” Calderón, hay que sumar la operación del gobierno federal panista en la entidad.

En el caso del perredismo, se trata de la cuna de uno de sus fundadores y de un estado tradicionalmente fuerte para el sol azteca, los dos senadores de mayoría en la entidad son perredistas.Con el control de la administración estatal en sus manos, el PRD también buscará que sea el senador con licencia Silvano Aureoles el que suceda al gobernador Leonel Godoy.

El proceso para la selección de candidato del PRD significa una ventaja para Aureoles. En la elección interna el PRD logró que casi 300 mil michoacanos salieran a votar para elegir al aspirante al gobierno estatal.

La cifra, relevante por sí misma, cobra aún más importancia si se consideran los niveles de participación electoral en la entidad, una de las más altas en abstencionismo. Para la elección de 2007, menos del 49% de los electores acudieron a las urnas para elegir gobernador.

Conforme se acerca la elección, se cierran los números entre los tres contendientes sin que aparezca un claro ganador, con aumento en la preferencia por el PAN, disminución por el PRD y un PRI que no logra ventaja significativa.

Así, luego del domingo se verá el comportamiento de la ciudadanía michoacana, qué pesaron las maquinarias electorales de los partidos, cuánto se premió a un político que tres veces ha gobernado la capital del estado, el impacto de la violencia y, aún más, de la actitud que los ciudadanos toman frente a ella.

Artículo publicado en el portal del diario La Razón. 12 de noviembre 2011.