Cerca de 450 millones de personas en todo el mundo padecen de algún problema mental, neurológico o de comportamiento. Alrededor de 873,000 individuos en el planeta mueren por suicidio cada año. Y uno de cada cuatro pacientes que visitan al médico -independientemente de la especialidad de este último- sufre de un desorden de tipo psicológico, y sin embargo, como sucede en la mayoría de los países, estos casos no son diagnosticados y mucho menos tratados.
Todas estas cifras reportadas por la Organización Mundial de la Salud, representan una señal de alerta en este inicio de siglo para todas las naciones debido a los grandes costos económicos y sociales que se generan a partir de esta clase de trastornos. No obstante, a pesar de que las enfermedades mentales van en ascenso, la principal barrera para enfrentar este problema en el mundo entero, ha sido la falta de reconocimiento y entendimiento de la seriedad del asunto tanto de autoridades como de la población en general.
En México, además de este obstáculo habitual, existe un elemento adicional que impide combatir de mejor manera las enfermedades mentales, tal es el caso de los prejuicios sociales relacionados con la visita a un psicólogo o psiquiatra, que si bien ya se sabía que estaban más o menos presentes entre los mexicanos, los resultados de la Encuesta Nacional Ómnibus Parametría en vivienda confirman esta idea. Vayamos al análisis de los datos.
Actitud hacia el psicólogo o psiquiatra
Aún cuando acudir con un psicólogo o psiquiatra puede ser de gran ayuda para las personas, incluso si no se tiene ningún problema mental, seis de cada diez mexicanos cree que a la gente en México le da pena visitar a esta clase de especialistas, mientras que dos de cada diez opina que no es así.
Sin embargo, la percepción de la población es que esta situación es algo que les sucede a los demás pero no a ellos. Es decir, al preguntarle al entrevistado directamente si le daba pena asistir con el psicólogo o psiquiatra, sólo el 28% reconoció que sí tenía cierta vergüenza, y el 62% dijo que no le causaba ningún conflicto.
Este resultado parecería indicar que sí existe un cierto prejuicio entre los mexicanos para ir con los expertos en cuestiones de la mente, pero la mayoría no acepta tenerlo.
Quizá esto explique en parte porque sólo el 16% de las personas en el país ha acudido alguna vez con el psicólogo o psiquiatra. Lo cuál representa una proporción muy baja si se considera que las enfermedades mentales, neurológicas o de comportamiento se están incrementando de manera acelerada en todo el mundo.
Percepción sobre quienes acuden al psicólogo o psiquiatra
Es indudable que la percepción sobre quienes acuden con esta clase de especialistas está rodeada de muchos mitos, algunos positivos y otros no tanto.
Al indagar alrededor de los mitos más comunes, se encontró por ejemplo que el 66% de la gente piensa que aquellos que visitan al psicólogo o psiquiatra pueden llegar a conocerse mejor, pero el 22% no lo cree así.
Otra idea más o menos divulgada, es que quienes asisten con este tipo de médicos terminan relacionándose mejor con otras personas. Sin embargo, sólo el 56% de los mexicanos está de acuerdo con esta opinión y el 31% se muestra en desacuerdo.
Probablemente la creencia más generalizada entre la población, es que cuando se acude con el psicólogo o psiquiatra es porque se tienen problemas muy graves. Al preguntar sobre esta cuestión, la mitad de los entrevistados señaló que esto es cierto, no obstante, el 41% de la ciudadanía piensa que no necesariamente tendría que presentarse un asunto delicado para reunirse con ellos.
Finalmente, también hay quienes suponen que las personas que acuden con estos especialistas se vuelven dependientes de ellos. Y aunque el 44% de los entrevistados no comparten este punto de vista, el 37% considera que sí podría llegar a darse una relación de dependencia del paciente para con su psicólogo o psiquiatra.
Conclusiones
Todo apunta a que el siglo XXI se caracterizará entre otras cosas, por el aumento de las enfermedades mentales entre la población mundial. Y aunque el principal obstáculo para enfrentar este problema en casi todos los países ha sido la falta de entendimiento de la seriedad del asunto tanto de autoridades como de la sociedad en general. En el caso de México existe un elemento adicional que impide combatir de mejor manera este tipo de males, y nos referimos a los prejuicios o mitos que implica acudir con un psicólogo o psiquiatra.
Y es que alrededor del 60% de la población piensa que a la gente en México le da pena asistir con esta clase de especialistas, y apenas el 16% declara haber concurrido al menos una vez a terapia. Sin embargo, este dato podría estar subestimado, también por la vergüenza de manifestarlo públicamente.
Por ello, además de enfrentar este nuevo problema con la seriedad debida, un mayor esfuerzo tendrán que realizar los propios psicólogos o psiquiatras y el sistema de salud en general, para derribar los prejuicios que existen entre los mexicanos respecto a este tipo de tratamientos.
NOTA METODOLÓGICA.Estudio: Encuestas en vivienda. Representatividad: Nacional. Número de entrevistas: 1000. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error: (+/-) 3.1%. Diseño, muestreo y análisis: Parametría SA de CV. Método de muestreo: Aleatorio sistemático con probabilidad proporcional al tamaño. Unidad de muestreo: Las secciones electorales reportadas por el IFE. Fecha de levantamiento: del 14 al 18 de agosto de 2004.
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