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Alienación política, voto nulo y el círculo rojo

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En general prefiero el análisis al comentario de opinión. Como pocas veces me parece que es necesario tomar posición respecto a un tema que combina ambas: saber un poco de investigación y tener un poco de opinión.

El tema obliga a tomar posición. Estoy en contra del voto nulo o en blanco, y no sólo no lo comparto, sino que no entiendo a quien lo propone. Me explico. Un problema fundamental de la vida cívica de los mexicanos es nuestra alienación política. Es decir la percepción que tiene el ciudadano promedio de que lo que pasa en la política no le incumbe.

La contraparte de este concepto se llama «eficacia política». Es la percepción de que todo lo que es público nos involucra y nos afecta. En principio toda sociedad debería de aspirar a altos niveles de información y participación de sus ciudadanos en actividades públicas. Es una aspiración legítima.

La invitación al voto en blanco o nulo es una idea interesante para una parte del electorado que se presupone ya esta involucrado. Y esta tan involucrado que puede salir a votar, manifestarse y no votar por alguien y anular su voto. Este es un elector sofisticado que puede escoger su forma de participar, y ésta no es sólo electoral, por cierto.

Sin embargo para el promedio del ciudadano la anulación de su voto es una invitación al abstencionismo, a la no participación. Es decir en otras palabras es una forma de promover el abstencionismo.

Una pregunta a los promotores del voto nulo sería por qué no escoger otra forma de expresión para manifestar su molestar con la clase política. Hay muchas formas de hacerlo dentro de nuestra vida cívica. Unas requieren más esfuerzo que otras. La de anular el voto parece una muy cómoda de poco esfuerzo. Si la molestia es tanta porque no convocar a otras formas de expresión. Por qué atentar contra una de las pocas formas de participación que sigue funcionando.

El fracaso o éxito del movimiento del voto en blanco será muy fácil de medir. Por el momento el promedio del elector parece no estar observándolo. Si el movimiento siguiera, no me sorprendería que pudiera ser persuasivo. Para fortuna el proceso electoral termina el 5 de julio. El promedio de voto nulo en cada elección está alrededor del 3%. Cualquier aumento sustancial sobre este porcentaje se le podría acreditar a este movimiento.

Mediciones recientes «El Universal o Reforma por mencionar las públicas, pero en general todas coinciden» indican que el voto nulo podría llegar a porcentajes de hasta 10%. Esta medición, al igual que la que intenta registrar un porcentaje de cuantos pueden ir a votar, que es alrededor de 80%, son bastante imprecisas. En general hablan de una situación hipotética, de lo que haría un elector molesto, si saliera a votar. Si esto es así y si hubiera que hacer el cálculo, asumiendo que es 10% sobre el total de los electores, con una participación del 40%, será entonces del 4% de los votante. Un punto porcentual más del histórico. Es decir en el mejor de los casos este movimiento podría valer el 1%, (1% más del histórico 3%) eso significa 300,000 electores. Esto es mucho o poco, no lo sé, que el elector y los que promueven el movimiento lo evalúen. Ese sería el tamaño del movimiento en el mejor de los casos. A mi sólo me parece un movimiento persuasivo, por razones equivocadas.

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