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Quiénes Votaron

¿Quiénes salieron a votar el 6 de julio?

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Hacer generalizaciones sobre el elector mexicano es cada vez más difícil. Los fenómenos regionales, la diferencia de comportamiento electoral entre diferentes segmentos de población o el tipo de elección hace complejo el análisis. Por fortuna tenemos herramientas que nos ayudan a explicar los fenómenos electorales.

La encuesta a la salida de las casillas es probablemente el mejor instrumento para explicar el resultado de una elección. Lamentablemente en México tales encuestas se han utilizado más para defender el triunfo de una de las partes en una elección, que para analizar sus resultados. La Encuesta de Salida de Parametría  realizada el domingo pasado nos ofrece la posibilidad de analizar la elección y establecer algunas conclusiones o por lo menos contar con hipótesis sugerentes del complejo y sofisticado elector mexicano.

La mayor ventaja de contar con una encuesta de salida es que tenemos los datos del elector real y no de un elector potencial, como sucede con las encuestas que se aplican antes de una elección. Por lo que las encuestas de salida son la mejor fuente de información, aunque no por ello restamos valor a las preelectorales. Al contrario, éstas últimas nos ayudan a estimar el peso específico de segmentos de la población en la composición del elector potencial y confrontarlo con el real. Para este propósito utilizamos los datos de las tres últimas mediciones de la serie de la encuesta nacional de vivienda del Ómnibus Parametría (marzo, mayo y junio) y generamos un promedio por segmento de población para tres variables: género, edad y escolaridad. Hacer una comparación de los datos de las encuestas preelectorales con el parámetro poblacional –los datos del padrón electoral–  y con los de la encuesta de salida nos muestran un panorama muy revelador.

Género

Como se observa en la tabla 1 mientras en la población en general de empadronados la proporción de ciudadanos empadronados hombre-mujer es 48%-52% en el padrón electoral, mientras que en el promedio de las encuesta preelectorales de vivienda la composición es muy parecida 49%-51%. Es decir, los datos para el elector potencial son muy similares a los que tiene el IFE sobre la composición de la lista nominal por género. Al comparar este dato con el porcentaje de hombres y mujeres que salieron a votar (votantes) observamos una notable diferencia. El porcentaje de hombres votantes es 10% más alto y las mujeres 10% menos que el promedio de la lista nominal. Estas diferencias hacen evidente que hay una diferencia notable de género en el abstencionismo. Las  mujeres fueron menos participativas en la elección. Si bien esta es una tendencia observada en otras elecciones la diferencia en 2003 es más pronunciada que en anteriores.

Edad

No es ninguna novedad afirmar que los jóvenes son los que menos votan el día de la jornada electoral. Sin embargo, en el 2000 ésta constante se cuestionó por la alta participación de los jóvenes. Si comparamos el promedio de encuestas del Ómnibus Parametría y el listado nominal en el segmento de 18 a 25 años con el elector real notamos una diferencia de 5% a la baja en tales electores. El diferencial es un poco mayor (7%) en el segmento de población de 26 a 35 a años. El peso de este segmento en las encuestas preelectorales del Ómnibus Parametría es de alrededor de 29%, mientras que entre los ciudadanos que salieron a votar es de 22%. En el tercer segmento que va de 36 a 45 años no se observa sesgo alguno. Como era de esperarse en los dos segmentos de mayor edad el sesgo en promedio es de 4% en los de 46 a 55 años y casi 9% en el de más de 55 años. El patrón es normal comparado con la tendencia histórica, pero es anormal respecto al 2000. En el segmento de mayor edad puede estar una parte importante de la explicación del triunfo del Revolucionario Institucional.

Escolaridad

Los sesgos por escolaridad que se observan entre votantes potenciales de listado nominal y votantes que salieron a sufragar el 6 de julio presentan un claro sesgo que favorece la participación de los electores de baja escolaridad. Los electores sin ninguna instrucción formal están 4 puntos por arriba de lo que representa su segmento en votantes potenciales y los de primaria estuvieron 6 puntos por arriba del peso de su segmento. Los que presentan sesgo a la baja son los de secundaria y preparatoria, es decir estuvieron subrepresentados en la elección del domingo pasado por ocho puntos. Sin embargo los de mayor escolaridad tienen un sesgo positivo, es decir tuvieron en la elección más peso del que tienen en la población.

En el análisis por partidos de la encuesta de salida sabemos que los estratos de menor escolaridad favorecieron al PRI, como históricamente ha sucedido. Dado el peso de este estrato –cerca de una tercera parte de la población– este sesgo es fundamental para explicar la victoria priísta.

Conclusión

Al analizar estas variables podemos afirmar que los sesgos de población de los electores que salieron a votar son los que anteriormente se han registrado aunque algunos de ellos esta vez estuvieron más acentuados. Estos sesgos han favorecido al PRI y explican en buena medida el resultado de la elección. Resulta paradójico que en la llamada “elección de la normalidad democrática” el comportamiento del elector sea muy similar al observado en México en épocas donde no existía dicha normalidad. Esto sin duda es parte de la complejidad del nuevo votante mexicano.

NOTA METODOLÓGICA: Estudio: Encuestas en vivienda. Representatividad: Nacional. Número de entrevistas: 1000. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error: (+/-) 3.1%. Diseño, muestreo y análisis: Parametría SA de CV. Método de muestreo: Aleatorio sistemático con probabilidad proporcional al tamaño. Unidad de muestreo: Las secciones electorales reportadas por el IFE. Fecha de levantamiento Serie 2003: 1 al 6 de marzo, del 24 al 25 de mayo, del 21 al 23 de junio. Resultados de la encuesta de salida del domingo 6 de julio de 2003 de Parametría SA de CV. Se consideraron 200 secciones electorales en el país como muestra y se levantaron 7,160 encuestas.

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